LOS ÁNGELES. – Los incendios en Los Ángeles, California, han provocado daños sin precedentes y aún no han podido ser controlados por completo, lo que genera preguntas sobre las razones detrás de su incontrolable propagación y la incapacidad para extinguirlos por completo, mientras continúan arrasando viviendas.

El martes se desataron los incendios, que en solo 48 horas se transformaron en una catástrofe, destruyendo vecindarios enteros y cobrando al menos cinco vidas. Hasta ahora, se han consumido unas 12,000 hectáreas, superando la capacidad de respuesta de las autoridades locales.

Kristin Crowley, jefa del Departamento de Bomberos, describió el desastre como «uno de los desastres naturales más devastadores en la historia de Los Ángeles». Por su parte, el sheriff del condado, Robert G. Luna, comparó algunas zonas afectadas con paisajes «bombardeados».

¿Qué facilitó la propagación de los incendios en California?

Los vientos de Santa Ana, habituales en esta temporada, junto con la sequía prolongada, crearon las condiciones ideales para la propagación rápida de las llamas.

Los bomberos enfrentaron una situación crítica, agravada por problemas como la escasez de agua. En Pacific Palisades, los hidrantes se agotaron pocas horas después de comenzar a ser utilizados, a pesar de que los tanques contaban con 11.3 millones de litros. El consumo de agua fue cuatro veces mayor a lo previsto, evidenciando una falta de planificación adecuada.

Además, recortes presupuestarios complicaron aún más la situación. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, redujo más de 17 millones de dólares del presupuesto del Departamento de Bomberos este año. Según Crowley, estos recortes limitaron significativamente la capacidad del departamento para prepararse y responder a emergencias de gran magnitud, incluidos los incendios forestales. Bass aseguró que los recortes no afectaron directamente la respuesta a los incendios, argumentando que estaban dirigidos a áreas administrativas, aunque Crowley no comparte esta opinión.

La dimensión política del desastre

La crisis también se ha politizado. El presidente electo Donald Trump criticó las políticas de gestión hídrica de California, acusándolas de priorizar la protección de un pez en peligro de extinción sobre el acceso al agua para combatir los incendios. Por otro lado, su hijo, Don Jr., señaló que los recursos enviados por los bomberos de Los Ángeles a Ucrania en 2022 podrían haber sido necesarios en esta emergencia.

La alcaldesa Bass también enfrentó críticas por encontrarse en Ghana, en un viaje diplomático encomendado por el presidente Joe Biden, cuando comenzaron los incendios.

En conclusión, el incendio de Palisades, uno de los más destructivos, se ha convertido en un claro ejemplo de los retos que enfrenta la ciudad, desde las condiciones climáticas adversas hasta problemas políticos y de gestión, para responder a desastres de esta magnitud.