
Santo Domingo, RD.- A una semana del colapso de la discoteca Jet Set, tragedia que dejó un saldo devastador de 226 personas fallecidas, la Procuraduría General de la República ha abierto una investigación formal para determinar las causas del desastre y establecer responsabilidades.
La Dirección General de Persecución y la Fiscalía del Distrito Nacional encabezan las indagatorias, que incluyen la revisión de permisos, inspecciones pasadas, estructura del inmueble y los protocolos de seguridad del establecimiento, que funcionaba desde hace décadas como ícono de la vida nocturna capitalina.

El Ministerio Público ha prometido una investigación “profunda e independiente”, pero la sociedad civil y los familiares de las víctimas exigen más que promesas: quieren justicia.
Voces del dolor y la indignación
Entre los deudos, la voz de Zulinka Pérez —hija del legendario merenguero Rubby Pérez, una de las víctimas mortales— se ha alzado con firmeza. “Mi padre era una leyenda viva. Estaba allí compartiendo con amigos, confiando en un espacio que nunca debió estar habilitado en esas condiciones. Vamos a proceder legalmente. Esto no puede quedar impune”, declaró en un emotivo mensaje.
Testimonios revelan que múltiples asistentes notaron vibraciones en el piso y grietas visibles días antes del evento fatídico. Sin embargo, no se tomaron medidas. “Yo trabajaba allí. Sabíamos que algo andaba mal, pero nadie decía nada. El miedo al cierre era más grande que la seguridad”, confesó un exempleado del local que pidió mantener su identidad en reserva.
Una herida nacional
El presidente Luis Abinader decretó seis días de duelo nacional que culminaron este domingo, aunque las manifestaciones de dolor continúan. En todo el país se celebran misas, vigilias y homenajes espontáneos. La tragedia ha tocado a familias de distintos estratos sociales, y también ha golpeado fuertemente a la diáspora dominicana en Nueva York, Madrid, Miami y otras ciudades, donde dominicanos de todas las edades se han congregado para exigir una rendición de cuentas.
La magnitud de lo ocurrido ha generado una ola de indignación social. Colectivos ciudadanos, asociaciones de arquitectos e ingenieros, defensores de derechos humanos y artistas han reclamado públicamente que se revise con urgencia el estado de las infraestructuras de entretenimiento en todo el país, y se fiscalicen con seriedad las condiciones de funcionamiento de estos espacios.
¿Tragedia anunciada?
La pregunta que muchos se hacen es si esta tragedia era evitable. Y la respuesta parece cada vez más clara: sí. Las alertas estaban ahí. Pero, como ha ocurrido tantas veces en la historia reciente del país, fueron ignoradas hasta que fue demasiado tarde.
Desde Al Filo de la Democracia nos unimos al clamor colectivo por la verdad y la justicia. Reiteramos nuestro compromiso con la comunicación crítica, libre y al servicio de la ciudadanía. En momentos como este, nuestra función no es solo informar, sino amplificar las voces que no deben ser silenciadas.

Porque 226 vidas no pueden ser simplemente un número en una nota oficial. Son familias destrozadas, historias interrumpidas y un país que no puede permitirse volver a mirar hacia otro lado
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