EEUU y China cruzan acusaciones en medio de un conflicto arancelario que amenaza la economía global

Washington, D.C., 17 de abril de 2025 – La Casa Blanca trasladó este martes a China la responsabilidad de dar el primer paso para desescalar la creciente guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, un conflicto que, según economistas, podría derivar en una recesión global.

En una declaración leída por la portavoz Karoline Leavitt, el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que «la pelota está en la cancha de China», subrayando que «China necesita alcanzar un acuerdo con nosotros. No tenemos que hacer un trato con ellos».

La respuesta de Beijing no se hizo esperar. El Ministerio de Relaciones Exteriores chino instó a Estados Unidos a “dejar de amenazar y chantajear” y a entablar un diálogo basado en “igualdad, respeto y beneficio mutuo”. “China no desea luchar, pero no teme hacerlo”, declaró el portavoz Lin Jian.

Desde su llegada a la presidencia en enero, Trump ha intensificado su política comercial imponiendo aranceles adicionales del 145% a diversos productos chinos, sumándose a medidas ya aplicadas por administraciones anteriores. Las tarifas fueron justificadas inicialmente como respuesta al supuesto papel de China en el suministro de fentanilo a EE.UU., y más tarde como compensación por el desequilibrio comercial bilateral.

China respondió con aranceles del 125% a las importaciones estadounidenses y tomó otras represalias, como la suspensión de pedidos de aviones Boeing y la no renovación de licencias para exportadores de carne de EE.UU., según confirmó la federación del sector.

Aunque la economía china creció un 5,4% en el primer trimestre de 2025, las autoridades reconocen una “cierta presión” sobre el comercio. Un alto funcionario de la Oficina Nacional de Estadística expresó confianza en la capacidad del país para enfrentar los desafíos externos.

En un intento de distensión, Washington eximió de algunos aranceles productos clave como computadoras, teléfonos inteligentes y semiconductores, sectores en los que China es líder.

La estrategia arancelaria de Trump ha afectado también a aliados tradicionales como Japón, Corea del Sur, la Unión Europea, México y Canadá. No obstante, se ofreció un plazo de 90 días para negociar antes de aplicar la última ronda de tarifas.

Este miércoles, un representante del gobierno japonés, Ryosei Akazawa, tiene previsto reunirse en Washington con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en busca de un acuerdo beneficioso para ambas partes. En paralelo, la automotriz Honda anunció que trasladará parte de la producción de modelos híbridos Civic a EE.UU.

En Europa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró en una entrevista que el bloque se encuentra “en una posición de fuerza” de cara a futuras negociaciones. “Sabemos exactamente qué queremos y cuáles son nuestros objetivos”, afirmó.

Además del arancel universal del 10%, el gobierno estadounidense ha impuesto tarifas específicas al acero, aluminio, automóviles y componentes, y analiza medidas similares para semiconductores, productos farmacéuticos y minerales críticos.

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Joel Adames

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