
El desafío de la migración haitiana en la República Dominicana: Propuestas para una solución eficaz
Por: Mayobanex Peña/abogado

La migración haitiana es un problema complejo que no se resolverá con medidas improvisadas ni con discursos de odio. República Dominicana debe mantener su soberanía y garantizar que quienes residan en el país lo hagan de manera legal, sin que esto signifique cerrar la puerta a quienes vienen a trabajar de forma honesta. El verdadero problema no es solo la presencia haitiana, sino la falta de control migratorio, la corrupción en la frontera y la pasividad del propio Estado. Mientras no se tomen medidas firmes, el Hoyo de Friusa y otros sectores del país seguirán reflejando una realidad que muchos prefieren ignorar.
Para abordar específicamente la situación de Friusa, una propuesta sería intervenir el sector y las autoridades de migración en zonas como Friusa y Matamosquito, realizando un levantamiento exhaustivo para identificar qué haitianos están indocumentados. Aquellos que se encuentren en situación ilegal deben ser deportados de manera pacífica y respetuosa, sin atropellos, pues es fundamental recordar que los haitianos, al igual que los dominicanos, son seres humanos y merecen ser tratados con dignidad.
Entendemos que el gobierno y el presidente Luis Abinader lo que quieren es evitar una masacre similar a la del 37, propiciada por Rafael Leónidas Trujillo, lo cual pondría a la República Dominicana en una posición muy desfavorable ante la comunidad internacional. El presidente Abinader no quiere enfrentar ese rebote negativo. Para evitarlo, el gobierno debe intervenir completamente el sector de Friusa, tomar el control absoluto de la situación y garantizar que todo el que viva allí esté legal. Esto no solo es una medida de control migratorio, sino también una estrategia para proteger la imagen internacional del país y evitar que se repitan situaciones traumáticas del pasado.
Además de este control migratorio, es necesario implementar un sistema de regularización laboral estricto, en el que los trabajadores haitianos que sean necesarios en sectores como la construcción o la agricultura tengan permisos temporales, con supervisión constante. Esto permitirá que aquellos que contribuyen a la economía de manera honesta lo hagan bajo la legalidad, sin afectar el bienestar de la población dominicana.
También se deben establecer incentivos para que los dominicanos ocupen estos trabajos, a través de mejores condiciones laborales y salarios justos. La migración no debe ser vista como una amenaza a los empleos locales, sino como una oportunidad para fomentar un mercado laboral más competitivo, en el que ambos grupos puedan coexistir de manera beneficiosa.
Por otra parte, las políticas de salud deben ser más estrictas para evitar la sobrecarga del sistema público. Es necesario exigir a los inmigrantes ilegales el pago de servicios médicos o establecer convenios con organismos internacionales para gestionar la atención sanitaria de los inmigrantes de manera más equitativa y sostenible.
El 24 de abril se llevará a cabo una marcha convocada por la Antigua Orden Dominicana, cuyo objetivo es exigir la dominicanidad del sector de Friusa ante el Palacio Nacional. Esta movilización resalta la necesidad de tomar decisiones políticas firmes que aseguren que quienes residan y trabajen en el país lo hagan dentro del marco de la legalidad, promoviendo así una convivencia más armoniosa y ordenada entre todos los sectores de la sociedad.
Es hora de que la República Dominicana aborde la migración haitiana con responsabilidad y humanidad. Las medidas deben ser firmes, pero también respetuosas, siempre reconociendo que los haitianos son seres humanos que merecen un trato justo, independientemente de su estatus migratorio. La solución no pasa por cerrar las puertas, sino por gestionarlas de manera efectiva y respetuosa, garantizando la soberanía del país y el bienestar de todos sus ciudadanos.
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