En un contexto de creciente preocupación internacional, los países del Grupo de los Siete (G7), junto con China, han emitido un llamado conjunto a India y Pakistán para que detengan inmediatamente la escalada de violencia que ha marcado las últimas semanas y que ha alcanzado un nuevo punto crítico este sábado.

Según informes difundidos a través de redes sociales y medios internacionales, las tensiones entre ambas potencias nucleares se intensificaron tras una serie de ataques aéreos llevados a cabo por India contra tres instalaciones militares en territorio paquistaní. Como respuesta, Pakistán ha iniciado una operación militar de gran envergadura, la cual ha sido denominada ‘Operación Bunyanun Marsoos’, lo que ha elevado aún más el nivel de alarma en la comunidad internacional.

Frente a esta situación, los miembros del G7 compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido y la República Popular China han manifestado su profunda preocupación por el deterioro de la estabilidad en Asia del Sur. En su declaración conjunta, instan a ambas naciones a ejercer la máxima moderación, evitar provocaciones adicionales y abrir canales de diálogo directo para evitar una confrontación de mayores proporciones.

El llamado a la calma se produce en un momento en que organismos multilaterales y actores regionales intentan contener un posible conflicto armado que podría tener consecuencias devastadoras no solo para los países involucrados, sino para la seguridad global.

Las autoridades diplomáticas internacionales han reiterado su disposición a facilitar un proceso de mediación con el fin de alcanzar una solución pacífica al conflicto, en consonancia con el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas.