El Parlamento de Corea del Sur aprobó este sábado la destitución del presidente Yoon Suk-yeol, tras su decisión de declarar la ley marcial el pasado 3 de septiembre. La moción contó con el respaldo de algunos diputados pertenecientes al propio partido del mandatario.

En el proceso participaron los 300 legisladores de la Asamblea Nacional, y el resultado fue de 204 votos a favor, 85 en contra, tres abstenciones y ocho votos nulos. Para aprobar la destitución era necesaria una mayoría de dos tercios, equivalente a 200 votos. Aunque el sufragio fue secreto, al menos 12 miembros del conservador Partido del Poder Popular (PPP), al que pertenece Yoon, habrían apoyado la medida, ya que los partidos de la oposición suman en conjunto 192 escaños.

La incertidumbre sobre el resultado persistió hasta último momento. El PPP sostuvo una reunión a puerta cerrada para definir una postura oficial, la cual se anunció poco antes de la votación, indicando que el partido no apoyaría la moción. Sin embargo, los resultados revelaron que no todos los legisladores siguieron esa directriz, ya que al menos siete habían declarado públicamente su intención de votar por la destitución.

Tras el escrutinio, Yoon ha sido despojado de sus funciones y el primer ministro, Han Duck-soo, asumirá de manera interina como jefe de Estado y Gobierno. El Tribunal Constitucional tendrá hasta 180 días para determinar si el presidente violó la Constitución al declarar la ley marcial en septiembre. Si el tribunal confirma la inconstitucionalidad de sus actos, Yoon se convertiría en el segundo presidente surcoreano destituido en democracia, después de Park Geun-hye, quien fue apartada del cargo en 2017 por un caso de corrupción.

En 2004, el presidente liberal Roh Moo-hyun también fue destituido por el Parlamento debido a una supuesta violación de la ley electoral, aunque el Tribunal Constitucional anuló la decisión dos meses después, permitiendo su reinstalación en el cargo.

Fuera de la Asamblea Nacional en Seúl, miles de personas celebraron el resultado de la votación. Agitando bastones luminosos, típicos de los conciertos de K-Pop y ahora símbolo de las protestas, expresaron su alegría ante la destitución del presidente.