Santiago: La reciente muerte de Juan Cruz, destacado cantante de música típica y miembro de la reconocida agrupación Típica del Prodigio, ha conmocionado a la comunidad artística y a la sociedad en general. Cruz falleció el pasado domingo en la Clínica Materno Infantil de Santiago de los Caballeros, en circunstancias que han generado una profunda indignación y preocupación.
Según los informes, Juan Cruz fue llevado a la clínica en una emergencia médica crítica. Sin embargo, se le negó el ingreso a la unidad de cuidados intensivos debido a que la clínica exigía un pago inmediato de 150,000 pesos para su admisión. La familia de Cruz, en una desesperada búsqueda de fondos, estaba tratando de reunir el dinero necesario, pero el tiempo se les agotó y Cruz falleció antes de recibir la atención requerida.
Este trágico evento no solo pone en evidencia una alarmante práctica en el sistema de salud: la exigencia de grandes sumas de dinero para la atención médica urgente, sino que también destaca la responsabilidad de la Clínica Materno Infantil en este lamentable desenlace. La clínica estaba en la obligación de proporcionar los primeros auxilios y estabilizar a Cruz, independientemente de su capacidad de pago. La negativa a cumplir con este deber básico constituye una grave negligencia médica.
Conforme al marco legal de la República Dominicana, las clínicas privadas están obligadas a prestar atención médica de emergencia sin condicionar la atención a la capacidad de pago del paciente. La Constitución Dominicana garantiza el derecho a la salud y a la vida como derechos fundamentales, y la Ley General de Salud No. 42-01 junto con el Reglamento No. 135-99 establecen que todos los establecimientos de salud, públicos y privados, deben brindar servicios de emergencia y estabilización, protegiendo estos derechos fundamentales. En este sentido, la Clínica Materno Infantil podría ser legalmente responsable por la muerte de Juan Cruz, al haber incumplido con su deber de brindar atención médica inmediata, lo que resultó en una trágica pérdida que podría haberse evitado.
Es inconcebible que, en pleno siglo XXI, un ser humano pueda perder la vida debido a la falta de recursos económicos. La vida de una persona no debe estar condicionada a la capacidad de pagar, especialmente en casos de emergencia. Esta situación refleja una grave injusticia y plantea serias preguntas sobre la ética y la responsabilidad de las instituciones de salud.
Ante estos eventos, hacemos un llamado urgente al presidente de la República y a las autoridades competentes para que se tomen medidas inmediatas contra la Clínica Materno Infantil. La clínica debe ser sancionada no solo por sus prácticas inhumanas de exigir pagos exorbitantes, sino también por su incumplimiento en brindar la atención médica inicial obligatoria. Es esencial que las leyes existentes se apliquen de manera estricta para garantizar que ninguna otra persona sufra una tragedia similar en el futuro.
También hacemos un llamado a la clase artística, incluyendo a destacados merengueros y músicos típicos como Geovanny Polanco, Urbanda, Krispy, Banda Real, Fefita la Grande, El Blachy y El Rubio Acordeón, para que se unan en esta causa y presionen por la justicia en el caso de Juan Cruz. La comunidad artística debe jugar un papel activo en la denuncia de estas injusticias y en la promoción de un sistema de salud que respete y valore la dignidad humana.
Finalmente, es esencial que la doctora que atendió a Juan Cruz, y quien, según informes, condicionó el ingreso a la disponibilidad del dinero, enfrente las consecuencias de su negligencia. La responsabilidad del personal médico y de las instituciones de salud es ineludible; deben actuar con rapidez y sin discriminación económica en situaciones de emergencia, como lo exige la ética y la ley. La medicina debe estar al servicio de la vida y no de intereses económicos.
La muerte de Juan Cruz no puede ser en vano. Es hora de garantizar que las leyes de salud se apliquen rigurosamente para proteger la vida y la salud de todos, sin excepción.
