
Ciudad del Vaticano. – El mundo católico celebra la elección del nuevo sumo pontífice, León XIV, anteriormente conocido como el cardenal Robert Francis Prevost. Su elección marca un momento histórico para la Iglesia, no solo por su procedencia estadounidense, sino también por su profunda conexión con América Latina, especialmente con el Perú, país con el que comparte ciudadanía y un estrecho vínculo pastoral y humano.

Nacido en Chicago en 1955, el ahora Papa León XIV es el primer pontífice con doble nacionalidad, un símbolo de los nuevos tiempos y de la globalización de la Iglesia. Su historia con Perú comienza en 1985, cuando fue enviado como misionero agustino a Chulucanas, en la región norte del país. Solo tres años después, en medio de un contexto nacional marcado por una grave crisis económica y una creciente violencia política, Prevost asumió la dirección de un programa de formación en la ciudad de Trujillo.
Su compromiso con la realidad peruana fue profundo. Durante años ocupó diversos cargos eclesiásticos en la región hasta regresar a Chicago. Sin embargo, en 2014, el Papa Francisco lo nombró obispo de la diócesis de Chiclayo, al norte del Perú. Fue entonces cuando anunció su intención de adquirir la nacionalidad peruana, en un gesto de total identificación con el pueblo que pastorearía.
Según explica la BBC, el Concordato entre la Santa Sede y el Estado peruano establece que los obispos deben ser ciudadanos del país. Así, en 2015, Prevost fue consagrado oficialmente como obispo de Chiclayo, ya como peruano por derecho.
Durante su episcopado, no evitó pronunciarse sobre temas sociales y políticos. En 2017, en medio del debate por el indulto al expresidente Alberto Fujimori, el entonces obispo pidió que Fujimori se dirigiera directamente a las víctimas y solicitara perdón de manera personal y concreta. “Tal vez, de su parte, sería más eficaz pedir perdón, personalmente, por algunas de las grandes injusticias que fueron cometidas y por las cuales él fue juzgado y sentenciado”, declaró entonces.
Asimismo, en momentos de fuerte tensión social, Prevost hizo un llamado a la unidad y la reconciliación. “Es un tiempo complicado, se siente mucha división, mucho conflicto. Muchos se sienten defraudados en este momento. Hay que convocar a todos a un proceso de reflexión y de búsqueda de la verdad”, afirmó.
Su labor y cercanía le ganaron el respeto y el cariño de los fieles peruanos. En 2023, el Papa Francisco lo llamó a Roma para presidir la Pontificia Comisión para América Latina, un puesto clave que reflejaba su experiencia y sensibilidad hacia los pueblos latinoamericanos.
Ahora, como Papa León XIV, inicia una nueva etapa en la historia de la Iglesia. Sin embargo, su primer mensaje como pontífice dejó claro que no olvida a Perú. Desde el balcón de la basílica de San Pedro, dedicó unas palabras en español:
“Y si me permiten también un saludo a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”.

Así, León XIV se convierte en un Papa que no solo representa a Estados Unidos, sino también a toda América Latina. Su elección promete un pontificado profundamente marcado por el diálogo, la justicia social y la cercanía con los pueblos.