NUEVA YORK — No se puede regalar absolutamente nada a los Dodgers de Los Ángeles. Y los Yankees de Nueva York se excedieron en los obsequios.
Shohei Ohtani, Freddie Freeman y compañía fueron implacables para que los Dodgers conquistasen el miércoles su segundo campeonato de la Serie Mundial en cinco temporadas.
Gracias a la complicidad de tres fallos defensivos de los Yankees, Los Ángeles se repuso de un déficit de cinco carreras en el quinto inning y consiguió una vibrante victoria 7-6 que sentenció el Clásico de Otoño en cinco juegos.
Elevados de sacrificio de Gavin Lux y Mookie Betts en el octavo inning ante Luke Weaver completaron la remontada en el Yankee Stadium.
Para obtener el octavo campeonato de una franquicia que se fundó en Brooklyn, uno de los cinco distritos de Nueva York, los Dodgers se convirtieron en el primer equipo en la historia de la postemporada que ha quedado abajo por cinco carreras o más, ha borrado luego ese déficit, ha vuelto a rezagarse y de todas formas ha terminado ganando el juego.
“Desde luego que no lo planifiqué de esta manera”, dijo el mánager de los Dodgers Dave Roberts. “Tantas emociones de principio a fin. Estoy agradecido de poder estar aquí sentado, por lo que han hecho nuestros jugadores, su perseverancia, la garra que mostraron”.
Aaron Judge y Jazz Chisholm Jr. sacudieron jonrones consecutivos en el primer inning y un sencillo remolcador de Alex Verdugo mandó fuera al abridor Jack Flaherty en el segundo. Un jonrón de Giancarlo Stanton en el tercero contra Ryan Brasier estiró a 5-0 la delantera de los Yankees.